El debate hipócrita por ficha limpia ya queda obsoleto, mientras siguen surgiendo denuncias por lavado de dinero que involucran a funcionarios del gobierno y a sus socios del PRO.
El As de la baraja
Un senador trasnochado fue encontrado con su secretaria queriendo cruzar la triple frontera con más de 200 mil USD sin declarar. Como si fuera un efecto mariposa develador de la mugre que esconde la casta política, de manera posterior al hecho empezaron a salir a la luz parte de los negocios oscuros de la alta política de nuestro país. Pase de factura o no, la realidad es que están más sucios que una papa, incluyendo a Milei.
Quien siguió a Kueider en el escrutinio público fue Cristian Ritondo, jefe del bloque de diputados del PRO en la Cámara baja. Mediante una investigación de Emilia Delfino, publicada en elDiarioAR se reveló que el diputado junto a su esposa eran parte de un entramado de sociedades offshore que triangulaba las Islas Vírgenes Británicas, Florida y Delaware. El entramado esconde propiedades por un valor mayor a los 2.600.000 USD. Sí, más de 10 veces el valor que le encontraron a Kueider en su paseo por Paraguay.
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La única interlocutora del PRO que se manifestó al respecto fue María Eugenia Vidal, que declaró: “En principio lo que hay es solo una denuncia. Ni siquiera hay una imputación y se va a hacer lo que ha hecho el PRO siempre ante cada denuncia judicial: presentarnos, dar las explicaciones, mostrar todos los papeles que haya que mostrar y la Justicia resolverá, como corresponde”.
El resto del partido amarillo, incluido el presidente, siguió haciendo silencio de radio y esperando que el blindaje mediático deje el hecho en el olvido. Sin éxito, ya que en la última semana la diputada Mónica Frade (Coalición Cívica) sumó un escrito a la denuncia contra Ritondo, en el cual agrega inconsistencias en el movimiento de su patrimonio.
La nueva denuncia sumó 72 inmuebles y 10 vehículos presuntamente vinculados a la constructora de Ritondo y le adjudicó a la empresa la construcción de numerosas torres en la Ciudad de Buenos Aires y un complejo de lujo en Pinamar.
Ante tal situación, donde ni los propios defienden a Ritondo, el presidente salió a defenderlo: “Está siendo víctima de operaciones y persecuciones por ayudarnos y colaborar”, expresó en su acto en Tucumán.