No, Leo, no tenías por qué saberlo. Nadie espera que un genio del fútbol como vos, que nos dio tantas alegrías, esté al tanto de las complejidades políticas de cada rincón del mundo. Pero esta vez, aprovecharon tu grandeza para una jugada que, lamentablemente, no fue la más feliz.
Lionel Messi, nuestro eterno ídolo, amado dentro y fuera de la cancha, nuevamente fue noticia en las últimas horas. Esta vez no por un gol, un Balón de Oro o un gesto solidario, sino por algo un poco más extraño: acompañado por Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets, visitó Azerbaiyán en una gira organizada por Adnán Ahmadzada, un empresario vinculado a la petrolera estatal SOCAR y que forma parte del poder político y económico del país.
Ahmadzada, que aparece en las escandalosas investigaciones de lavado de dinero señalado por el Consorcio de Periodistas, seguramente presentó la idea del fugaz viaje como un simple acto protocolar, pero el régimen azerbaiyano lo utilizó para legitimar su imagen internacional.
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Entre las actividades realizadas, le rindieron homenaje a Heydar Aliyev, expresidente de ese país, depositando flores en su mausoleo. Lo que podría parecer un gesto inocente fue en realidad un movimiento calculado por la maquinaria propagandística de Azerbaiyán.
Heydar Aliyev no es el “héroe soviético” que quizás te mencionaron, Leo. Fue un líder autoritario que gobernó Azerbaiyán con mano de hierro, primero como figura de la Unión Soviética y luego como presidente de la república independiente. Bajo su mandato, estalló la primera guerra de Artsaj (Nagorno Karabaj), un conflicto que dejó cicatrices profundas en la región. Fue también el período en el que se perpetraron los pogromos contra los armenios en ciudades azerbaiyanas como Sumgait, Bakú y Kirovabad, obligando a miles a abandonar sus hogares bajo un clima de violencia y odio.
El régimen actual, encabezado por su hijo Ilham Aliyev, continuó ese legado con una política de represión interna contra cualquier voz que se alce contra su gobierno. Además, en 2020 inició una guerra con más de 7 mil soldados caídos y que culminó en 2023 con el desplazamiento total de la población armenia de Nagorno Karabaj. Mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado, Azerbaiyán continúa ocupando Karabaj, mantiene rehenes y prisioneros de guerra en Bakú.
En ese marco, tu visita, Leo, fue un golazo para su estrategia. El mausoleo, las fotos, los “caballos de Karabaj”, los niños y todo el montaje fueron parte de una campaña para blanquear la imagen de un régimen autoritario consolidado, un petroestado con el poder concentrado en una sola familia que lleva más de cinco décadas gobernando el país.
Algunos datos más: hay por lo menos 23 periodistas presos en Azerbaiyán, y en el índice de Libertad de Prensa que elabora anualmente Reporteros sin Fronteras ocupa el puesto 164 de 180. Freedom House califica al país como “uno de los menos libres del mundo” y se ubica en el puesto 154 entre 180 en el índice de percepción de la corrupción elaborado por Transparency International.
Sabemos de tus buenas intenciones y del ejemplo que representas para millones de personas, Leo. Lo cierto es que esta vez te convirtieron en una herramienta de propaganda, algo deplorable y malicioso por parte de quienes organizaron la visita.
Te queremos, Leo, no pasa nada. Seguimos admirándote. Solo queríamos que supieras que detrás de esa corona de flores había algo más que un acto ceremonial y que quienes organizaron tu visita a Azerbaiyán se aprovecharon de tu bonhomía y de tu prestigio mundial.
* Director del Diario Armenia.