María Eugenia «La China» Suárez (sí, se llama así, María Eugenia, aunque ese par de nombres han sucumbido definitivamente ante la repetición y la popularidad del apodo) se quedó cortíiiiisima con el video de Mauro Icardi en una sunga más apretada que jubilado a fin de mes que posteó en las últimas horas. Si su objetivo era pegarle a Wanda Nara y recordarle quién es la que disfruta ahora «todo eso» (todo ese cuerpo, cuidado) vio que el juegito se le dio vuelta cuando la ex vedette no se anduvo con chiquitas, precisamente, y le pegó dónde más le podía doler: le adelantó y le arruinó la primicia del embarazo. Y se llenó de odio, claro.
Según una información que Google tarda 12 décimas de segundo en escupir a la pantalla de un celular medianamente decente, entre Buenos Aires y Estambul hay 12.243 kilómetros de distancia. Sin embargo, las picantes declaraciones de Wanda (cuando habló estaba en el Aeropuerto de Ezeiza) tardaron «nada» en llegar a la ciudad que está partida al dos por el Bósforo.
Para colmo, Mauro y la China Suárez no es que tienen dos celulares «medianamente decentes». Na… tienen lo mejor de lo mejor. La última tecnología. La más moderna. Cinco ge (bue, con la noticia que dio Wanda parece que no tanto, ¿No?), procesador de 16 nucleos, un tera de memoria, pantalla amoled. Todo hermoso y funcional hasta que lo que llega a través del aparatito, apenas segundos después de que lo dijo en Canal 13, es que ella le ganó de mano y tiró antes la noticia.
El video arranca rápido aunque hay alguna publicidad que por ahí incomoda o molesta y esos nervios que se sienten hacen que haya que apretar varias veces donde dice «omitir» o «saltar» para pegar en el lugar justo y que entonces se «omita» y se «salte» lo que no se quiere ver. El redondelito de carga (o «loading» en inglés, para que suene mas paquete, o «şarj oluyor» en turco, qué nivel!!!) dio menos vueltas y tardó menos que en un dispositivo «medianemente decente», y la grabación, finalmente, arrancó.
LA CHINA SUAREZ EXPLOTO DE BRONCA PORQUE WANDA NARA LE «SONO» LA PRIMICIA DEL EMBARAZO
«Sí, yo no veo tan así que Mauro sea agresivo conmigo en el trato. De hecho hace poco hablamos bien. Yo no lo llamé, ¿Se entiende? Hablamos de cosas, qué se yo, me dijo que está buscando ser feliz, que eso es lo que quiere. Yo no se lo creo mucho, para mi es parte del plan que tantas veces me contó y con el que tantas veces nos amenazó. Kennys lo sabe bien. Me dijo eso y que bueno… pronto pueden dar la noticia que… bueno… que todos se imagina. Sí, me lo dijo él. Me lo confirmó». Doble ñapi para la China: no sólo le sacó la chance de dar a conocer la primicia, sino que además tiró que se lo contó Icardi. Ah, Kennys es nombre, no apodo, aunque suene más parecido a China que a María Eugenia.
Es difícil describir, a veces, algunos sentimientos. Es complicado, por ejemplo, ilustrar con una frase justa o precisa la magnitud de la rabia que puede tener una persona cuando pasa algo que no le gusta. Y en que encima la que le propina la derrota es la rival que menos quiere. Y que encima la rival que menos quiere accede a esa victoria gracias a algo que hizo -o dijo- la persona que más quiere. Bueno, quizás esta sea una manera. La menos esperada de acá a la China.