La economía en Misiones vuelve a encender luces de alerta. El comercio provincial sufre una caída persistente en las ventas, cierres de locales y despidos, en un contexto dominado por el desplome del consumo interno y la competencia desigual con los países vecinos. Según datos de la Confederación Económica de Misiones (CEM), en junio las ventas minoristas de pymes cayeron un 6,7% respecto al mes anterior, mientras que la comparación interanual también fue negativa, con una baja del 0,5% a precios constantes.
En diálogo con El Territorio, Alejandro Haene, director de la Cámara Argentina de Comercio, definió el panorama con una frase contundente: «Lo que estamos viviendo es como un tsunami perfecto«. El dirigente empresarial describió un escenario dominado por la caída en la demanda, el aumento de costos, la apertura de importaciones y la presión que implica ser una provincia de frontera, con Posadas, Eldorado e Iguazú como puntos sensibles por su cercanía con Paraguay y Brasil.
La ola importadora y la competencia fronteriza
La “ola importadora” impacta de lleno en el comercio local, agravada por un tipo de cambio oficial planchado y la opción de pagar productos extranjeros en cuotas. «Es muy difícil competir. No podés bajar más allá de los costos porque entrás en zona de pérdida», advirtió Haene. A eso se suma la merma en el consumo: «La cantidad de personas que ingresan a un negocio es mucho menor que antes», reconoció el empresario.
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La cercanía con Paraguay y Brasil, donde la oferta es más competitiva por el diferencial cambiario y fiscal, configura un combo letal para los comerciantes misioneros. «Posadas es la única capital provincial que es frontera internacional. La facilidad con la que cruzamos a Paraguay o a Brasil para comprar es inédita», explicó Haene.
Salarios pisados y rubros en crisis
A la crisis de ventas se suman los bajos salarios y la inflación, que deterioran el poder adquisitivo. «El gobierno nacional no autoriza aumentos salariales superiores al 1% mensual. Eso es un despropósito. Si la inflación es del 3% y solo autorizan el 1%, ya te comieron dos puntos», cuestionó Haene. Cuando se le consultó qué rubros son los más afectados, no dudó: “Están todos complicados. Muebles, indumentaria, alimentos, mayoristas, minoristas… no hay un sector que se salve”.
Pese al sombrío diagnóstico, el dirigente mantuvo una cuota de optimismo: «Soy positivo, trato de encontrarle el agujero al mate. Pero no quiero ser pájaro de mal agüero: que la cosa está difícil, está difícil, y se siente mucho», cerró.