El presidente Javier Milei tomó la decisión de no irse de vacaciones al inicio de su segundo año de mandato. Aunque recibió múltiples recomendaciones de su entorno para que hiciera una pausa, decidió ignorarlas y continuará ejerciendo sus funciones durante la mayor parte del verano desde la Residencia de Olivos.
En diversas entrevistas, tanto antes de asumir como ya instalado en la Casa Rosada, Milei admitió su intensa dedicación al trabajo. «Soy un workaholic, directamente me levanto y voy al escritorio a trabajar«, confesó.
Este rasgo de su personalidad no ha cambiado desde que asumió el poder, a pesar de los intentos de su equipo por convencerlo de tomarse al menos tres días de descanso.
A pesar de tener a disposición el complejo presidencial de Chapadmalal, utilizado en otras ocasiones por mandatarios para retiros o reuniones oficiales, Milei no ha recurrido a este lugar, ni siquiera para encuentros con sus ministros o colaboradores.
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La actividad presidencial se centrará en Olivos, con una única excepción programada: el 20 de enero, el presidente viajará a Estados Unidos para asistir, como invitado especial, a la ceremonia de asunción de Donald Trump como nuevo presidente. Durante el evento, Milei tendrá la oportunidad de reunirse con otros líderes mundiales cercanos al dirigente republicano.
Los ministros del Gobierno
Para los ministros, la situación es diferente. Se les permitió tomarse entre una y dos semanas de vacaciones, que podrán ser entre la última semana de diciembre de 2024 y durante todo enero.
En una de las reuniones finales del gabinete, el tema de las vacaciones ocupó un lugar destacado. El Presidente expresó su satisfacción por el compromiso demostrado desde el inicio de su gestión y les otorgó el permiso para hacer un paréntesis en sus responsabilidades.
No obstante, acompañó esta autorización con tres recomendaciones claras: la primera, evitar destinos que puedan asociarse con el lujo; la segunda, mantener la estructura de sus equipos de trabajo intacta; y la tercera, estar preparados para interrumpir ese período si surge alguna cuestión urgente.
Respecto al primer punto, el objetivo es que ningún miembro del equipo gubernamental elija destinos como Punta del Este, Miami o Nueva York, considerados «símbolos» de ostentación.
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«Somos liberales y es más barato quizás veranear en el exterior que en el país. Pero hay que evitar simbólicamente ir a esos lugares«, explicó una fuente cercana al mandatario en Balcarce 50. La intención es clara: en un contexto de ajuste en las finanzas públicas, se busca enviar un mensaje de moderación desde el poder. Esto marca un gran cambio respecto al gobierno kirchnerista de Alberto Fernández.
La directiva también se aplicará a los funcionarios de primer y segundo rango en las distintas áreas del Gobierno. Las otras dos recomendaciones apuntan al funcionamiento continuo del aparato estatal. Los reemplazos temporales deberán garantizar que los equipos de trabajo se mantengan en contacto constante para evitar interrupciones en la gestión.
Mientras tanto, aún no se ha publicado en el Boletín Oficial, como suele hacerse cada año, la resolución que declara los días 24 y 31 de diciembre como no laborables para la administración pública.